Purín de ortiga I: tratamiento natural para los huertos

La ortiga es rica en minerales, sobre todo hierro, en oligoelementos, en vitaminas y en estimuladores del crecimiento. Transformada en purín, es un sorprendente activador del crecimiento de las plantas del jardín, además de ser un potente insecticida natural. Posee igualmente propiedades contra las enfermedades y consigue ahuyentar a los insectos indeseables. Si a ello le sumamos una infusión de ajo, le aumentamos la potencia.

La propia ortiga abunda en el campo y no está amenazada en modo alguno. Sin embargo, algunos hortelanos y hortelanas no dudan en cultivarla en un rincón de su terreno, teniendo en cuenta además que los brotes jóvenes son comestibles.

Por lo tanto, las principales del purín de ortiga son:

•  Estimulador del crecimiento
• Activador del compost
• Más que un insecticida, un repulsivo

¿Y sobre qué insectos funciona?

A los pulgones no les gusta en absoluto el purín de ortiga. Dado que actúa por contacto, se deberá repetir la aplicación cada tres días para alcanzar a todos los invasores, sin olvidar el envés de las hojas.

Funciona también muy bien con el grillo cebollero o grillotalpa. Y es que la ortiga no tiene remanencia, al revés que los productos de tratamiento químicos.

Nota importante:

1. No estar en contacto con el metal: no utilizar nunca recipientes de metal (ni cubo ni pulverizador), pues puede producirse una reacción química con el metal que contrarrestaría las propiedades beneficiosas del purín. El plástico es ideal.
2. Hasta varios meses: puede conservarse varios meses en un frasco bien cerrado y a salvo de la luz. Pero hay que tener en cuenta que su eficacia decrece con el tiempo.
3. Aplicación repetida: su eficacia una vez aplicado es limitada en el tiempo. La aplicación debe repetirse cada 15 días o 3 semanas, preferentemente sin sol, por la mañana o por la noche.